Somos El Cuerpo de Cristo
LA TRANSMISIÓN EN VIVO ES PREVALECIENTE. Una reflexión sobre COVID-19.
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. 1 Cor. 12:27
La iglesia local fue impactada físicamente por el virus del COVID-19 y por las ordenanzas de mantener distancia social. La mayoría de las iglesias fueron obligadas a “transmitir en vivo” sus servicios para evitar la diseminación del virus. Los miembros ahora pueden ‘participar’ en los servicios siempre y cuando tengan una conexión a internet que funcione.
Hasta cierto punto la iglesia ya estuvo operando en modo “transmisión en vivo” antes de que el virus obligara a las personas a dejar sus bancos. En general, la “iglesia” cristiana se ha convertido en un sinónimo de “servicio” dominical. En muchos casos el “servicio” consiste en un “equipo” de personas que oran, cantan, enseñan, predican y, por lo general, monopolizan el segmento de una o dos horas mientras que la gran mayoría de los cristianos que están en la iglesia “reciben” la instrucción, el ánimo y la amonestación del equipo con la oportunidad de dar a través de sus diezmos y sus ofrendas. Una pequeña fracción de los cristianos están operando como miembros “indispensables” de un organismo vivo, mientras que la mayoría se convirtió en espectadores pasivos de un espectáculo coreográfico profesional.
Tal vez la metáfora más común utilizada por el apóstol Pablo para la iglesia del Nuevo Testamento es el “cuerpo de Cristo” (1 Cor. 12:12, 27; Ef. 4:12, 5:23, 30; Col. 1:24). En 1 Corintios, Pablo usa esta metáfora en parte para mostrar que la iglesia es radicalmente interdependiente en lo que respecta al funcionamiento espiritual de TODOS sus miembros. De hecho, usando la metáfora del cuerpo, las Escrituras enseñan que incluso los miembros más débiles son indispensables. “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios” (1 Cor. 12:21-22). Solo cuando cada uno de los miembros está funcionando conforme a la capacidad que Dios le dio, Cristo puede ser representado completamente. En realidad el cuerpo sería severamente discapacitado si TODOS los miembros no estuvieran funcionando según el diseño de Dios. Posteriormente, en su carta a la iglesia de Corinto Pablo manifiesta que cuando la iglesia se reúne, “cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación” (1 Cor. 14:26). La visión del Nuevo Testamento respecto a una iglesia donde todos los miembros son literalmente necesarios y cumplen una función fundamental en la vida y vitalidad de la iglesia, se encuentra en un contraste marcado con lo que vemos hoy en día.
En la actualidad la mayoría de las iglesias no están diseñadas para seguir el modelo paulino bíblico para la iglesia. El modelo de los corintios celebra y utiliza la presencia y la naturaleza de Dios en todos los creyentes que recibieron el Espíritu de Dios (1 Cor.12:13; Ef. 1:13) y entiende que cada parte del cuerpo es esencial para todo el cuerpo. El modelo actual de personal profesional es mucho más “eficiente” y funciona bien sin un cuerpo espiritualmente maduro. La situación presente también encaja bien en una congregación pasiva que difiere su responsabilidad y privilegio sacerdotal a los pocos que pueden cumplir con el papel de cristianos por el resto. También es una tentación para los líderes que temen perder el control en un ambiente no programado.
La naturaleza bíblica interdependiente del “cuerpo de Cristo” significa que cada “parte del cuerpo” debe estar funcionando para que el cuerpo cumpla con su propósito. Los cuerpos sin piernas, brazos u ojos se vuelven espiritualmente discapacitados y disfuncionales. En muchos casos las iglesias no están diseñadas para esta clase de ecosistema espiritual. En lugar de una orquesta con violines, flautas, harpas, fagots, corno francés, oboes y trompetas, la audiencia está satisfecha con escuchar la batería semana tras semana. En lugar del cuerpo interdependiente, nos hemos dividido en intérpretes y audiencia.
Todos los creyentes tienen un lugar “indispensable” en la iglesia local. Sea a través del evangelismo, la sanidad, profecía, administración, enseñanza, prédica, etc., cada una de las partes del cuerpo es fundamental para la salud de la iglesia. La iglesia necesita una manifestación más completa de Cristo, la cual solo puede ser lograda cuando cada uno de los miembros ocupa el lugar que Dios le asignó.
El modelo de personal profesional y audiencia no refleja el testimonio bíblico y es una injusticia a la presencia y al poder del Espíritu en la vida de cada creyente. No reconoce la eclesiología del Nuevo Testamento fundada en la presencia del Espíritu Santo de Dios en cada creyente.
El modelo de la iglesia como “cuerpo de Cristo” propuesto en las Escrituras requiere una reorientación radical del modelo actual de entretenimiento profesional que prevalece en las iglesias en la actualidad. Demanda que los espectadores acepten su función vital e “indispensable” en el cuerpo. Demanda que los líderes animen a la “audiencia” a que haga la transición a la función dispuesta por Dios dentro del ecosistema espiritual de la iglesia.
Este deseo de ver a la iglesia funcionando como un “cuerpo” y no como pocas “partes del cuerpo” no es un argumento a favor de una forma particular de gobierno de la iglesia (estructura), ni un argumento contra el liderazgo espiritual sólido. Es un llamado a reconocer que cada creyente de la iglesia local tiene el Espíritu Santo de Dios y por lo tanto una función fundamental que cumplir para que Cristo sea manifestado. Aceptar este modelo bíblico demanda una reorientación radical del modelo actual “profesional” – “audiencia” – “negocio”. El modelo del “cuerpo de Cristo” exige que cada uno de los miembros acepte y ponga en práctica su función en el cuerpo. ¡Requiere un liderazgo que se vea a sí mismo como parte de ese cuerpo y no como el cuerpo, un liderazgo que anime a los miembros a tomar posición del lugar que Dios les asignó, siendo consciente de que el enfoque ya no estará puesto en los “profesionales” sino que se dirigirá hacia Cristo y su cuerpo!
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9.
Artículo de Sky Cline